Bloomberg — El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, se abstuvo de indicar que está dispuesto a tomar medidas en el mercado de bonos después de que los rendimientos de los títulos a muy largo plazo alcanzaran un máximo histórico, en medio de un esfuerzo continuo por mejorar las condiciones comerciales.
“Quiero abstenerme de hacer comentarios específicos sobre los movimientos a corto plazo en los rendimientos de los bonos”, dijo Ueda a los periodistas en Banff, Canadá, el jueves después de una reunión de los jefes de finanzas y bancos centrales del Grupo de los Siete. “Pero seguiré observándolos de cerca, por supuesto”.
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Las declaraciones de Ueda sugieren que prefiere ser paciente con los acontecimientos después de que la campaña de compra masiva de bonos del Banco de Japón, que ha durado años, le haya dejado en posesión de más de la mitad de todos los bonos del Estado en circulación, dificultando el funcionamiento del mercado. Los rendimientos de los bonos superlargos de Japón alcanzaron un nuevo récord a principios de esta semana, y algunos participantes en el mercado apuntaron a la necesidad de una intervención del banco central.
El Banco de Japón concluyó el miércoles dos días de audiencias con los participantes en el mercado de bonos, mientras se prepara para revisar sus planes de compra de bonos en una reunión del consejo el mes que viene. Las grandes aseguradoras de vida y los fondos de pensiones expresaron su preocupación por los rendimientos superlargos de los bonos y solicitaron la intervención del banco central.
Tras más de una década de compras de activos, el BOJ se embarcó en una campaña de endurecimiento cuantitativo el verano pasado, anunciando que reduciría las compras mensuales en 400.000 millones de yenes (US$2.800 millones) cada trimestre. Aún así, sigue siendo el mayor tenedor de bonos del Estado de Japón, con cerca de la mitad del mercado.
Los rendimientos de los bonos japoneses a 30 y 40 años subieron a un máximo histórico a principios de esta semana. Los analistas han achacado los movimientos en parte a la preocupación por la política fiscal de Japón, mientras los políticos meditan ideas de estímulo antes de unas elecciones a la cámara alta en julio. El primer ministro, Shigeru Ishiba, dio señales de cautela sobre el gasto adicional esta semana, afirmando que las condiciones financieras del país son peores que las de Grecia.
Los analistas también citaron el impacto de la subida de los rendimientos estadounidenses y la perspectiva del endurecimiento cuantitativo del Banco de Japón para el repunte de los rendimientos.
Las declaraciones de Ueda ahondan en el tono cauteloso después de que Asahi Noguchi, miembro del consejo, advirtiera el jueves contra la realización de intervenciones imprudentes en el mercado, ya que los precios de los activos suelen moverse de forma volátil como reflejo de los cambios de opinión.
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Según su plan actual, el BOJ va camino de reducir sus compras mensuales a unos 2,9 billones de yenes para la primavera de 2026. Basándose en las comparecencias del BOJ, el mercado parece muy dividido sobre si el ritmo de las reducciones debe ralentizarse, acelerarse o mantenerse estable.
El banco central actualizará sus planes para el periodo a partir de abril de 2026 en una reunión del consejo que concluye el 17 de junio.
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